Hace unos 2600 años, surgió en un pequeño conjunto de colonias comerciales griegas nuestra actual forma de investigar, conocer y ,en definitiva, pensar: el LOGOS. En este blog, se pretende avivar el espíritu de esos primeros científicos. Un lugar en el que la opinión, el debate y el análisis predominen sobre el simple conocimiento de hechos, datos y cifras. Dejemos a un lado las apariencias y sumerjámonos en el mundo de las esencias.

jueves, 30 de octubre de 2008

Los números mágicos


Lo siento pero no son, de momento, los números de la combinación ganadora de la primitiva. Se trata de una cuestión física, aunque no por ello menos interesante: estos números explican el porqué de la composición del universo. Podría decirse que en ellos está la causa de que la química y la biología sean tal como hoy las conocemos.

Para comprender esto de los números mágicos habremos de sumergirnos en el mundo del átomo...

Como es bien sabido, existen núcleos atómicos tremendamente inestables, como es el caso del uranio, el torio o el protactinio. Estos núcleos tienden a transformarse rápidamente en otros más estables. Estos procesos pueden consistir en la emisión de radiación, o bien en la rotura del núcleo en dos en un proceso conocido como fisión espontánea. Es decir, ya se trate de elementos radiactivos o no hay átomos que tienden a transformarse en otros más estables.

¿Por qué? ¿A qué se debe que existan átomos inestables de por sí? Para explicar esto, el físico danés Niels Bohr elaboró el modelo de la gota líquida. Este modelo exponía que el núcleo atómico se comportaba como una gota de agua, vibrando y, en ocasiones, fragmentándose. Según Bohr, los núcleos más inestables, es decir, los que más vibran son aquellos de mayor tamaño, es decir, los de grandes isótopos radiactivos. SIn embargo, más tarde se completó esa explicación, gracias al modelo de capas de Mary Goeppert Mayer.

El modelo de capas explica la disposición de los protones y neutrones en el átomo al igual que se explica la de los electrones en la corteza, es decir, en capas. Si comparamos con el modelo electrónico, podremos ver que los átomos con núcleos más estables serán aquellos que tengan completos su último nivel nuclear. Sabiendo esto, la combinación ganadora en números atómicos es...

Números mágicos 2, 8, 20, 50, 82

Números semimágicos (reintegro y complementario): 28 y 40


Estos átomos, al ser los más estables serán también los más abundantes en el universo, teniendo un papel muy importante en la física, química y en la biología.


Y los premiados son: helio (2),oxígeno(8), calcio(20), estaño(50), plomo(82).

martes, 21 de octubre de 2008

Arqueoeidos, la historia del pensamiento


Desde los albores de la humanidad, el ser humano ha tratado de desentrañar el mundo que lo rodea. En un principio consistió en una explicación un tanto errónea, que posteriormente fue perfeccionada. A pesar de que esa primera explicación pueda parecernos un tanto absurda hay que tener en cuenta que se trata de uno de los pilares fundamentales a partir de los que se construye nuestro pensamiento actual. Lo que aquí hacemos no es nada más ni nada menos que arqueología de las ideas...
Ya el hombre de Neanderthal se planteó el asunto aquí presente. Se cree que estos homínidos prehistóricos fueron los primeros en realizar enterramientos a sus muertos. Parece que no tiene importancia, pero puede decirse que fueron los primeros seres que se preguntaron acerca de la vida y la muerte, dando su propia visión del asunto.
Asimismo, el ser humano propiamente dicho trataría de dar una explicación acerca de su existencia en el mundo. Todas estas primeras explicaciones tienen una característica en común: son mitos. Estos mitos se caracterizaban por ser explicaciones religiosas que se sustentaban en la simple creencia, es decir, en lo que conocemos como Fe.
Los primeros mitos eran religiones animistas que trataban de explicar el origen de comunidades enteras. Estas religiones, como su propio nombre indica, veían el mundo como un conjunto de seres vivos e inertes con alma. Algunas de ellas, incluso, veneraban a algunas almas en particular: son las religiones tótem. Este tipo de religiones aún persisten en comunidades muy primitivas como los aborígenes australianos. En el caso de estas religiones animistas se pone más que nunca de manifisto la labor unificadora del mito como elemento de identidad. Sin ir más lejos, los nombres de algunos pueblos animistas llegan a considerarlos como los hombres auténticos a partir de los cuales surgieron los demás: los mayas ("los auténticos"), los sioux ("los hombres").
La cosa no quedó ahí. Posteriormente muchas de esas almas fueron divinizadas debido a la consideración de esas almas como fuerzas dadoras de vida. Esto puede verse en muchas culturas como la egipcia o la griega. Un ejemplo claro de cómo el ser humano llegó a esa conclusión lo supone la divinización del escarabajo del Nilo. Tras el estiaje del Nilo, aparecía un barro arcilloso muy nutritivo llamado limo del que surgían pequeños escarabajos verdes. Tras la aparición de estos crecía la vegetación en esas zonas anteriormente inundadas. El ser humano del Antiguo Egipto trató de explicar el surgimiento de la vida como la labor del escarabajo, al cual divinizó.
La presencia de una serie de dioses como entes que dominan el mundo configuran una existencia basada en lo sobrenatural y en el caos. El mundo queda convertido en una auténtica caja de sorpresas. Los dioses actúan a placer castigando o premiando, creando o destruyendo según les parece.
Entonces, ¿es ese el mundo en el que vivimos?, ¿nos encontramos bajo el yugo de la voluntad divina?, ¿están nuestros destinos escritos siendo inútiles todos nuestros esfuerzos?, ¿el mundo acabará en un instante indeterminado en el que el dios se aburra de su propia creación?...

miércoles, 15 de octubre de 2008

El descubrimiento del ADN


Casi inconscientemente tendemos a asociar el ADN a Watson y Crick, quienes como bien sabemos fueron los descubridores de la archiconocidísima doble hélice. Un proyecto no exento de la polémica, ya que incluso se ha llegado a especular que la famosa imagen por difracción de rayos X, a partir de la cual se pudo confirmar el modelo, que obtuvo Rosalind Franklin llegó a las manos de Watson de una forma no muy limpia. Algunos dicen que incluso llegó a seducirla...

El anarquismo espistemológico del que habló Feyerabend se encuentra más presente que nunca. Por ello, en esta primera entrada del blog quería reavivar un verdadero espíritu de investigación, el de una persona, además, eclipsada por el fenómeno mediático que supusieron Watson y Crick y que a día de hoy no ha recibido el reconocimiento que merece. Se trata del nada más y nada menos que el descubridor del ADN: Friederich Miescher.

Friederich Miescher nació en la ciudad suiza de Tubinga, una pequeña urbe universitaria, hecho que influiría enormemente en él. Pero lo que verdaderamente influyó fue el ambiente en el que creció: su padre y su tío materno eran médicos muy prestigiosos y profesores universitarios. Este hecho facilitó el acceso del pequeño Miescher al estimulante mundo científico.
Al igual que su padre, decidió estudiar medicina, aunque una vez terminada la carrera se decantó por la bioquímica. Todo por un problema auditivo que le impedía ejecer la profesión médica.

Posteriormente, comenzó a trabajar en Tubinga con Hoppe-Seyler, en el que era el laboratorio de bioquímica más puntero del mundo. Las investigaciones se centraron en determinar la composición química de la célula. Para ello, Miescher tuvo que conseguir vendas con pus para lo cual acudía al hospital de la ciudad. De estas vendas extraía leucocitos que utilizaba para sus investigaciones. En uno de sus experimentos obtuvo algo asombroso, una sustancia blanquecina y fibrosa que no correspondía a nada antes obtenido, no se parecía ni de lejos a las proteínas que estaba acostumbrado a obtener. Llamó a esta sustancia "nucleína". Más tarde, incluso, llegó a determinar su composición química exacta advirtiendo que poseía una gran cantidad de fósforo.

Sus investigaciones sobre la nucleína requirieron, incluso, que tuviera que lavar estómagos de cerdo para obtener pepsina, una enzima necesaria para obtener la nucleína. Miescher, era una persona un tanto perfeccionista por lo que sus sorprendentes resultados tardaron mucho en ser publicados.

Más tarde, obtuvo la cátedra de fisiología, puesto que ocuparon con anterioridad su padre y su tío materno. Miescher no sólo describió la composición química de la "nucleína" sino que llegó a afirmar que esta sustancia obtenida del núcleo de las células (realizó experimentos con esperma de salmones del Rin, demostrando que contenían "nucleína") era la responsable de la transmisión de los caracteres hereditarios. Incluso propuso un sistema para explicar el almacenamiento de estos, basado en la estereoisomería de las cadenas carbonadas.

Miescher dejó estos estudios para dedicarse a otras investigaciones. Trabajó desmesuradamente, durmiendo pocas horas, lo que lo debilitó mucho, tanto que contrajo una tuberculosis de la que no se recuperó.

Friederich Miescher falleció a los 51 años de edad, dejando tras de sí una vida de plena dedicación científica y, ante todo, uno de los descubrimientos más importantes de la biología y, en definitiva, de la historia de la humanidad: el ADN.

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