Hoy, quería referirme a uno de esos hallazgos fortuitos: el descubrimiento del edulcorante sucralosa.
Corría el año 1.978 y dos científicos, Hugh y su alumno Phadnis trabajaban en el laboratorio buscando nuevos compuestos. Decidieron mezclar la sacarosa (azúcar convencional) con cloro, para ver qué compuesto obtenían. Tras ello, Hugh le dijo a Phadnis "test it", pero Phadnis con problemas con el idioma comprendió "taste it". Dicho y hecho, probó el nuevo compuesto. Se trataba de una sustancia extremadamente dulce, tanto que actualmente es utilizada como edulcorante. De forma totalmente casual Hugh y Phadnis habían descubierto una sustancia con un poder edulcorante 10 veces superior al azúcar comercial común.
Actualmente, la sucralosa es utilizada como edulcorante en multitud de alimentos, encontándose catalogada como E-955.
Hemos podido ver como la casualidad y, más concretamente, el malentendido linguístico pueden ser responsables de un hallazgo científico de importancia. Otro caso más en el que el azar ha contribuido a aumentar el conocimiento que tenemos del mundo.
1 comentario:
es bueno el tema y muy interesante pero le faltan mas detalles yo soy Ingeniero Quimico y es de mas interes ver si esa combinacion tiene algun margen de toxicidad.. como es el proceso industrial hoy en dia etc etc..
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