Hace unos 2600 años, surgió en un pequeño conjunto de colonias comerciales griegas nuestra actual forma de investigar, conocer y ,en definitiva, pensar: el LOGOS. En este blog, se pretende avivar el espíritu de esos primeros científicos. Un lugar en el que la opinión, el debate y el análisis predominen sobre el simple conocimiento de hechos, datos y cifras. Dejemos a un lado las apariencias y sumerjámonos en el mundo de las esencias.

martes, 27 de enero de 2009

Paleopatología, una breve reseña



La historia, aunque no lo parezca, es un campo extremadamente amplio y apasionante, que erróneamente hemos tendido a asociar a la política, la arquitectura, la pintura o la música. Sin embargo, la historia se compone de personas que, lejos de sus ambiciones póliticas, expansionistas e incluso amorosas, son entidades vivas. El prestigio, el poder, el dinero e incluso, la pobreza, eclipsan un pasado que está ahí y aún hoy continúa acehándonos: la enfermedad. Aristócratas o campesinos, burguesía o proletariado, todos padecieron enfermedades y fallecieron, muchas veces a causa de las mismas y otras por otros motivos. La enfermedad no entiende de clases, de movimientos, de ideologías... Quizá sea esto lo que diferencie a la paleopatología del resto de disciplinas históricas.


Pero la paleopatología no es una disciplina histórica, o sí, sino una rama de la medicina que estudia las enfermedades que padecieron nuestros antepadados, individuos y poblaciones. Es algo así como una epidemiología histórica. Por esto, el paleopatólogo es un ciéntífico, un médico, para ser más exactos.El paleopatólogo es un gran conocedor de la anatomía y la patología humanas, teniendo que dominar todos los sistemas y aparatos. Un paleopatólogo puede desde determinar la edad de un esqueleto hasta realizar un estudio sobre la incidencia de la peste bubónica en la población europea del S.XIV o estudiar la causa de la muerte de Napoleón Bonaparte. Además, debe tener conocimientos amplios en materia de zoología y botánica, ya que los animales y las plantas padecían enfermedades. Sin embargo, necesita una fuerte formación humanística, histórica, ya que estudia individuos y poblaciones pasados.


En esta ciencia se oponen dos, yo diría visiones del mundo enfrentadas, las "letras" y las "ciencias". El paleopatólogo es un integrador de ambas corrientes, un puente entre las "ciencias" y las "letras". Un médico humanista, sin duda.


En la investigación paleopatológica se entrecruzan dos tipos de fuentes: las biológicas y las documentales. En el estudio de las primeras prima la formación médica, sobre todo, forense, ya que la mayor parte de este tipo de fuentes consisten en huesos o momias. También habría que mencionar otras como los coprolitos (excrementos fosilizados). Cabe mencionar, que debido a la frecuencia de los restos óseos, la labor del paleopatólogo se centre en torno a ellos.



Las otras se conocen como documentales y consisten en cualquier documento, pintura o biografía que pueda aportar algún dato sobre la patología de un individuo o población.



Lejos de ser una mera "arqueología" la paleopatología puede tener una aplicación actual muy útil. Por ejemplo, podría investigar la incidencia del cáncer en la población mundial a lo largo de la historia y relacionarla con un suceso relevante a nivel histórico (revolución industrial, electricidad, radio, etc). Actualmente, y aparte del estudio de lo meramante antuguo, tiene gran importancia en la identificación de cadáveres encontrados en fosas pertenecientes al periodo de la Guerra Civil.

Desde el punto de vista del que escribe esta líneas, la paleopatología tiene una importancia enorme, no sólo valor histórico, sino también médico, e incluso, clínico.

viernes, 16 de enero de 2009

Un pequeño viaje a través del cielo profundo.


La lista de objetos astronómicos más bella del cielo nocturno fue obra del astrónomo francés Charles Messier, quien es recordado precisamente por ella y no por sus estudios astronómicos sobre cometas.

Paradójicamente, esta lista de objetos del cielo profundo fue configurada para catalogar a todos aquellos objetos de luminosidad débil que le dificultaban sus estudios. Charles Messier comenzó su recopilación de objetos la noche del 28 de agosto de 1758, en la que incluyó su primer objeto, M1, la nebulosa del Cangrejo. Sin embargo, su lista no fue finalizada hasta el S.XX cuando se incluyó el último objeto, M110. Éste (la galaxia satélite de Andrómeda) ya había sido descubierto por Messier, aunque decidió no incluirlo en la lista.

A Messier se le debe el hallazgo de la mayor parte de los objetos. Tal es el caso de M41, M3 o M62. Otros, ya habían sido descubiertos por Edmund Halley, siendo algunos observados conjuntamente por él y su amigo, el astrónomo Pierre Méchain.

M1. Nebulosa del cangrejo

M13. Cúmulo globular en Hércules.

M16. Nebulosa del águila.

M17. Nebulosa de la Herradura

M20. Nebulosa Trífida

M27. Nebulosa Dumbbell

M31. Galaxia de Andrómeda

M42. Nebulosa de Orión.

M51. Galaxia del Torbellino

M57. La nebulosa del anillo
M97. Nebulosa de la Lechuza

M104. Galaxia del Sombrero

sábado, 3 de enero de 2009

Van't Hoff, el primer Premio Nobel


Para ser más exactos, fue el primer galardonado con el Premio Nobel de química y con razón. Sus aportaciones fueron cruciales para la comprensión de la química orgánica, la bioquímica y todas las reacciones metabólicas del organismo, de las que dependen, por ejemplo, los mecanismos de actuación de los fármacos. Y todo ello, por el descubrimiento de la estructura tetraédrica de los enlaces del átomo de carbono.


Jacobus Henricus Van't Hoff nació en Rotterdam en 1852. Hijo de un médico, tuvo que hacer frente a su padre para lograr estudiar química, lo que él deseaba. Comenzó sus estudios en el Instituto Politécnico de Delft, para posteriormente continuarlos en Leiden, Bonn, París y doctorarse finalmente en la Universidad de Utrech. En tales centros coincidió con personalidades científicas como Kekulé o Wurtz. Trabajó en la escuela veterinaria de esta última ciudad.

Más tarde sería profesor en las universidades de Amsterdam y Berlín, llegando a convertirse en uno de los mejores químicos teóricos del mundo. Como colofón a una más que brillante carrera científica, Van't Hoff recibió el Premio Nobel de Química en 1901, el primero que se concedió en la historia de estos galardones. En palabras de la organización de los premios: "por el descubrimiento de las leyes de la dinámica química y de la presión osmótica en las soluciones químicas"

Falleció en Berlín en 1911.

Una de sus aportaciones, como ya hemos mencionado, abrió camino a una nueva ciencia que pretendía ser la explicación de todo proceso biológico: la bioquímica. Consistió en el descubrimiento de los enlaces tetraédricos del átomo de carbono. Pero, ¿cómo que esto tiene tanta repercusión en toda la biología, la química, la medicina y la farmacología actual? Muy sencillo. La explicación de los enlaces de carbono como tetraédricos dio una conformación espacial a las moléculas, explicación que se ajustaba a todos los fenómenos de estereoisomería conocidos. Este modelo permitía tanto conocer las propiedades de las sustancias según su conformación, como conocidas sus propiedades, saber algo más acerca de su estructura. Asimismo, el conocimiento de la estructura exacta de las moléculas biológicas permitían conocer su función, con más o menos exactitud, y, en definitiva, su comportamiento en los procesos orgánicos.

El descubrimiento de esto, se derivó de los infructuosos intentos de los químicos anteriores de explicar los fenómenos de estereoisomería observados en los ácidos racémico y tartárico cuando se encuentran en disolución. En este episodio de la ciencia, intervino nada más y nada menos que LOUIS PASTEUR, al que invitaremos en posteriores entradas para que nos cuente en primera mano sus investigaciones con ambos ácidos y las anécdotas científicas que de ello se derivaron.


Kekulé trató de explicar los fenómenos de estereoisomería suponiendo que las moléculas conservaban una disposición de los átomos similar a la de los cristales. Aunque su idea era buena, erró al exponer los enlaces del carbono dirigidos hacia los vértices de un cuadrado, lo que no se adaptaba a la experiencia. No fue hasta Van't Hoff, que se obtuvo la explicación satisfactoria al fenómeno y la estructura molecular. Casi al mismo tiempo que Van't Hoff, publicó esta teoría el francés Le Bel, por lo que frecuentemente es conocida como la teoría de Van't Hoff-Le Bel.

Aparte de todo esto realizó importantes descubrimientos en materia de termoquímica y afinidad química, tales como la formulación de la ecuación química que lleva su nombre. Asimismo, acuñó el concepto de presión osmótica por semejanza con los gases.

Jacobus Henricus Van't Hoff, el primer Premio Nobel de Química, un reconocimiento al trabajo científico de toda una vida. Desgraciadamente, lo más frecuente y, como hemos podido comprobar en personajes anteriores, es dejar las aportaciones científicas como el que deposita un paquete en correos.

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