Para ser más exactos, fue el primer galardonado con el Premio Nobel de química y con razón. Sus aportaciones fueron cruciales para la comprensión de la química orgánica, la bioquímica y todas las reacciones metabólicas del organismo, de las que dependen, por ejemplo, los mecanismos de actuación de los fármacos. Y todo ello, por el descubrimiento de la estructura tetraédrica de los enlaces del átomo de carbono.
Jacobus Henricus Van't Hoff nació en Rotterdam en 1852. Hijo de un médico, tuvo que hacer frente a su padre para lograr estudiar química, lo que él deseaba. Comenzó sus estudios en el Instituto Politécnico de Delft, para posteriormente continuarlos en Leiden, Bonn, París y doctorarse finalmente en la Universidad de Utrech. En tales centros coincidió con personalidades científicas como Kekulé o Wurtz. Trabajó en la escuela veterinaria de esta última ciudad.
Más tarde sería profesor en las universidades de Amsterdam y Berlín, llegando a convertirse en uno de los mejores químicos teóricos del mundo. Como colofón a una más que brillante carrera científica, Van't Hoff recibió el Premio Nobel de Química en 1901, el primero que se concedió en la historia de estos galardones. En palabras de la organización de los premios: "por el descubrimiento de las leyes de la dinámica química y de la presión osmótica en las soluciones químicas"
Falleció en Berlín en 1911.
Una de sus aportaciones, como ya hemos mencionado, abrió camino a una nueva ciencia que pretendía ser la explicación de todo proceso biológico: la bioquímica. Consistió en el descubrimiento de los enlaces tetraédricos del átomo de carbono. Pero, ¿cómo que esto tiene tanta repercusión en toda la biología, la química, la medicina y la farmacología actual? Muy sencillo. La explicación de los enlaces de carbono como tetraédricos dio una conformación espacial a las moléculas, explicación que se ajustaba a todos los fenómenos de estereoisomería conocidos. Este modelo permitía tanto conocer las propiedades de las sustancias según su conformación, como conocidas sus propiedades, saber algo más acerca de su estructura. Asimismo, el conocimiento de la estructura exacta de las moléculas biológicas permitían conocer su función, con más o menos exactitud, y, en definitiva, su comportamiento en los procesos orgánicos.
El descubrimiento de esto, se derivó de los infructuosos intentos de los químicos anteriores de explicar los fenómenos de estereoisomería observados en los ácidos racémico y tartárico cuando se encuentran en disolución. En este episodio de la ciencia, intervino nada más y nada menos que LOUIS PASTEUR, al que invitaremos en posteriores entradas para que nos cuente en primera mano sus investigaciones con ambos ácidos y las anécdotas científicas que de ello se derivaron.
Kekulé trató de explicar los fenómenos de estereoisomería suponiendo que las moléculas conservaban una disposición de los átomos similar a la de los cristales. Aunque su idea era buena, erró al exponer los enlaces del carbono dirigidos hacia los vértices de un cuadrado, lo que no se adaptaba a la experiencia. No fue hasta Van't Hoff, que se obtuvo la explicación satisfactoria al fenómeno y la estructura molecular. Casi al mismo tiempo que Van't Hoff, publicó esta teoría el francés Le Bel, por lo que frecuentemente es conocida como la teoría de Van't Hoff-Le Bel.
Aparte de todo esto realizó importantes descubrimientos en materia de termoquímica y afinidad química, tales como la formulación de la ecuación química que lleva su nombre. Asimismo, acuñó el concepto de presión osmótica por semejanza con los gases.
Jacobus Henricus Van't Hoff, el primer Premio Nobel de Química, un reconocimiento al trabajo científico de toda una vida. Desgraciadamente, lo más frecuente y, como hemos podido comprobar en personajes anteriores, es dejar las aportaciones científicas como el que deposita un paquete en correos.
1 comentario:
excelente,esto me sirvio mucho para una exposicion
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